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La tarde con Marina

El culto al cuerpo y la imagen, a debate

El fenómeno de la “Vigorexia”: la adicción al ejercicio es la más común en 2025. El Centro de Atención e Investigación de Socioadicciones (AIS), reconoce que la vigorexia es una de las adicciones con mayor crecimiento en los últimos estudios realizad


JUEVES, 16 ENERO 2025

El fenómeno de la “Vigorexia”: la adicción al ejercicio es la más común en 2025.
El Centro de Atención e Investigación de Socioadicciones (AIS), reconoce que la vigorexia es una de las adicciones con mayor crecimiento en los últimos estudios realizados.
La vigorexia es un trastorno psicológico que, en la actualidad, todavía no se ha reconocido como enfermedad psicológica aunque los expertos señalan algunos síntomas que comparten con otras enfermedades graves como la anorexia, con la que comparte la preocupación excesiva por la figura.
De hecho, tal y como explican desde el centro de Atención e Investigación en Socioadicciones (AIS) los vigoréxicos tienen una visión distorsionada de su cuerpo y llegan
a verse sin masa muscular, flácidos, débiles y muy delgados. “Tienen una imagen de sí mismos muy diferente y contraria a lo que en realidad es, llevándoles a sentir un total rechazo por su cuerpo”, indican.
Esta patología ha crecido de manera paralela al sector del deporte de usuario y al número de eventos deportivos de carácter popular que se celebran en nuestro país.
Es la otra cara de la moneda de los beneficios del ejercicio físico. Y es que ninguna obsesión es buena, como bien aseguran varios de los médicos americanos que han realizado investigaciones sobre el asunto. Este grupo de doctores, del Centro Nacional de Biotecnología de Estados Unidos, habla de tres indicadores progresivos que pueden convertir a un aficionado al deporte en un auténtico adicto. El primero se materializa cuando el ejercicio físico pasa de ser una actividad recreacional que se disfruta a una vía de escape, de modo que si no podemos realizarlo sufrimos ciertos niveles de estrés o ansiedad. En una segunda fase el individuo programa su jornada en función del lugar y el momento en el que desea realizar la actividad física, provocando con esta conducta perjuicios en sus diferentes entornos familiares y sociales. Y por último, se considera adicción cuando el deporte se convierte en la prioridad de un individuo y toda su vida queda relegada a un segundo plano.
Generalmente, la dependencia del ejercicio está relacionada con la vigorexia, cuyo nombre científico es trastorno dismórfico muscular. Esta condición hace que los pacientes se vean débiles y sin músculos cuando, en realidad, son fuertes y musculosos. Al ver una imagen distorsionada en el espejo, los afectados pasan horas realizando actividades físicas. Los síntomas comienzan afectando la salud mental, pero poco a poco causan cansancio, insomnio y dolores musculares.
En la vigorexia, la persona sobreestima defectos estéticos. En la adicción al ejercicio, la persona se ejercita de manera compulsiva, especialmente por el placer que la actividad le proporciona. Hay síntomas de abstinencia, pérdida de control sobre la intensidad, la frecuencia y la duración de las sesiones de ejercicio”, dice el médico Fernando Torres.